7 de junio de 2013

La librería ambulante

La librería ambulante es una novela corta de Christopher Morley y es un libro maravillosamente bueno. Después de haber leído La montaña mágica necesitaba leer algo liviano de lectura ágil para "despejar" mi mente de literatura densa. Hacía días que oía hablar de este libro que circulaba por casa y que todo aquel que lo había leído se deshacía en multitud de elogios, asi que me dije que era una ocasión estupenda para ver si este libro se merecía tal popularidad. Y la verdad es que se merece todos los halagos posibles y más. Es un libro ameno, con una historia súper entrañable y de fondo, un ensayo literario sobre la importancia de los libros en nuestra vida.

La historia nos sitúa en la segunda década del siglo XX, en la América profunda donde empezaban a convivir los tractores con los nuevos automóviles. Es medio de esta transición, se encuentra el señor Roger Mifflin, un librero ambulante que desea volver a Brooklyn para escribir un libro de sus aventuras. Mifflin tiene el Parnaso (librería ambulante), el caballo Pegasso y el p#erro Bock de Boccacio.
Mifflin quiere vender su Parnaso a Andrew McGill, un escritor en alza debido a su estilo sobre las vivencias rurales, pero al final se lo vende a su hermana Helen, una cuarentona regordeta.
A partir de este momento, Helen dejará de hacer hogazas de pan y empezará a vivir mil aventuras con Mifflin en su afán de hacer llegar los libros a toda persona viviente.

La librería ambulante tiene una secuela que se llama La librería encantada.
Lo dicho, un gran descubrimiento que nadie debería dejar de leer.
Aquí os dejo una mínima parte de lo que es el libro :) 

Puedes comprarlo en el siguiente enlace:La librería ambulante



·         Parnaso ambulante de Roger Mifflin

Sabed, amigos, que tiene mi percherón
Más de mil libros, antiguos y de ocasión.
Del hombre los mejores amigos son.
Los libros que atiborran este gran vagón
Libros para todos los gustos son,
De líricos versos a las Musas,
Novelas apasionadas de prosa y buena cocina y agricultura.
Cada necesidad tiene su libro justo
Y los nuestros le dejarán a gusto.
Jamás habrá librero que dé alcance
A los finos libros de este Paraíso ambulante.

“Cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humor y barcos que navegan en la noche. En un libro cabe todo, el cielo y la tierra, en un libro de verdad, quiero decir. ¡Repánpanos! Si en lugar de librero fuera panadero, carnicero o vendedor de escobas la gente correría a su puerta a recibirme, ansiosa por recibir mi mercancía. Y heme aquí, con mi cargamento de salvaciones eternas. Sí, señora, salvación par A sus pequeñas y atribuladas almas. Y no vea cómo cuesta que lo entiendan. Sólo por eso vale la pena. Estoy haciendo algo que a nadie se le ha ocurrido hacer desde Nazareth, Maine, hasta Walla Walla, Washington. ¡Es un nuevo campo, pero vaya si vale la pena! Eso es lo que este país necesita: ¡más libros!” 

“¿Sentido común? Por todos los santos, señorita, el sentido común es la cosa menos común que hay en el mundo.” 

“Ninguna criatura sobre la faz de la tierra tiene derecho a creerse un ser humano a menos que esté en posesión de un buen libro. El hombre que tiene unos cuantos buenos libros en su biblioteca hace feliz a su esposa, les proporciona a sus hijos un negocio redondo y se da la oportunidad de ser un mejor ciudadano.” 

“No entendía cómo el trascendental misterio de hacer pan me había impedido ver durante tanto tiempo los misterios del sol y el cielo y el viento de los árboles.” 

“La buena vida tiene tres ingredientes: aprendizaje, satisfacción y deseo. Un hombre debería aprender sin cesar sobre la marcha; también debería ganarse el pan para él y los suyos; y debería desear también, desear conocer lo incognoscible.” 

 “Creo que leer un buen libro te hace modesto. Cuando uno logra ver con lucidez el interior de la naturaleza humana, cosa que te proporcionan los grandes libros, uno siente la necesidad de hacerse pequeño. Y cualquier cosa que te haga sentir pequeño es maravillosamente buena.”

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